![]() |
todoy nada |
![]() A zafar de un día de clases. A llenarse de folletos que tirarán a la basura apenas dejen el predio. A corretear chicos y/o chicas según corresponda. A gritar como si estuvieran en cualquier otro lugar donde a nadie molestaría que lo hicieran. A recolectar firmas de autores que no conocen. A pertubar la frágil tranquilidad del personal de los stands. A robar libros. Y vamos a deternos aquí, en el último punto. Si van a robar libros, jóvenes argentinos, fíjense qué es lo que están robando. Quizás lo hacen simplemente porque creen que robar es un acto trangesor. Tengo que decirles que no, que robar es otra cosa. Y robar un libro es mucho más otra cosa. Si van a hacerlo, miren qué es lo que se llevan. Ayer fui testigo de un hurto por parte de dos adolescentes. Estoy absolutamente segura de que ese hurto está totalmente desprovisto del aire romántico que se le endilga al robo de libros. Cuando lleguen a sus casas y abran el libro que se llevaron -cosa que dudo que en algún momento hagan- no creo que pueden pasar de la primera página. Teniendo a su alcance la joyita que tenían al lado, no entiendo cómo se llevaron ése. Aprendan, chicos, aprendan.
|
contacto la culpa es mía site feed xml rss comments ultimos comentarios
archivos
mayo 11 abril 11 mayo 10 abril 10 mayo 09 abril 09 mayo 08 abril 08 mayo 07 abril 07 mayo 06 abril 06 mayo 05 abril 05 home
links
fundación el libro corregidor
blogs colaboracionistas
balcón cordín de kevlar inventario de otredades palimpsestos wimbledon linkillo et in arcadia ego acteón dural el fantasma hargentina che caribe días de darcy mosca cojonera a través del uniberto santos y demonios cañonazo milanesa con papas maguila phantom circus mínimas
créditos
powered by blogger banner y tunning: me |